Concurso Microrrelatos 2
Bienvenido al Concurso De Microrrelatos

organizado por el taller Literario La Nave Fue y Volvió.

POR FAVOR, selección su opción.

8/31/2008

4

[NULO] EL ULTIMO EN SU ESPECIE

Abastecernos, tanto de encanto como de ironía fue la última esperanza. Una llave de acero. Una mano. La última puerta a tocar con la que nos salvaríamos del naufragio.

¡ Y en verdad advertimos el crítico momento…! Las emociones se nos caían de las manos, se escurrían como si no fuésemos capaces de retener entre los dedos el objeto más liviano.

¿ Quién no ha sido cómplice, alguna vez, de sus propias carencias? Sabiéndolo, perfeccionándose pusilánemente en el oficio de perdedor, de mazoca invencible, de perro callejero arrojado en un umbral.

Quién no ha macerado, alguna vez, ese secreto mortal capaz de rebelársenos violentamente. Como lo más riesgoso, es más, la última y más feroz arma con que se narraría un suicidio.: una joya, un bisturí, una infamia…

Aún así hemos vencido y caminado. Expulsado chorreras de odio sobre la aceras, los muelles en desuso y sobre los cientos de rostros que se nos aparecían continuamente sin piedad, al salir de nuestras casas, al doblar las esquinas o al ingresar en los edificios públicos.

Hemos chorreado sangre y dejado las huellas de algún porvenir nefasto en el camino. Hemos confinado una raza… ¡ y en verdad hemos conformado una raza… ¡ Una generación, una enfermedad, un emblema… Nos hemos abocado tenazmente a impedir loa existencia de los espacios en blanco, de los subterráneos y de las medidas de los ríos que solían variar con demasiada frecuencia.

Nosotros, los que aún no nos hemos resignado al azar y a los desencuentros fortuitos. A que tú y yo, después de todos estos años aún no encontremos un lugar donde hacer el amor tranquilamente.

Y sobre un “tic tac “, una espera pendulando abusivamente y por sobre cientos de miradas y edificios públicos y esperas zodiacales tus ojos, esparciendo ingenuamente tanto encanto como ironía, han sido lo único capaz de impedir el desenlace del último naufragio. De ahí la memoria empecinada en impedir con descaro el ritmo absurdo de los días… Porque estás, sin permitir el sacudón de un espasmo, de un orgasmo a medias, de un “te amo o tal vez no…”.

El último incorrupto. La última esperanza.

“Amante burlado“

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[NULO] SUS DOS EXTRAÑOS SERES

Y qué de sus voces asegurándome amor al oído y de sus encelos y su sabiduría, si de sólo imaginar el escombro que aprisionan sus pupilas un frío de sable me perfora las vértebras.

Curvas extrañas deliberando álabes, mármoles, tinieblas. Palmas tendidas al espanto.

Cómo no haber presentido el silencio que dejarían al cerrarse, si el humo, pues, la delgadez extrema de quienes no regalan misericordias no avecinan porvenires han podido ganarles, jamás, alguna que otra jugada.

Misticismo entonces, sobre ellos. Y amor. Amor esparcido como sangre. Mensajes aterradores de quien nuca pudo más que estas visiones que emergen como ruinas.

Del color del barro apostado en las esquinas, al borde de las aceras o en los escaparates, una noche me topé con sus miradas. ¡Y sí que amé esos ojos por las tardes y en las noches! Esos que embebidos de secretos no hacían más que horadar caminos en perfecta paz con las ausencias y los dioses.

Como labios besaban levemente al brise... y al cerrar...mejor no recordarlo.: demolían mi piel entre caricias y espasmos.

"Perdido por ahí"

1

[NULO] EL DRAGON I

I

He descubierto al dragón que habita esta nueva casa. Lo he sorprendido furtivamente dormido sobre el envés del cedro; es que, enigmática y sedienta esta casa, desconoce antiguas formas de luz, tanto que él, se ha transformado en el sol.

Suelo escucharlo iniciar de noche, noctámbulo, su caricia de seda. Danzar leve bajo la luz cerosa del patio, arrastrándose gravemente por las hendiduras, los visos, los postigos, provisorios túneles.

Ha invadido casi todos los rincones de la casa y hasta con desmesura ha llenado las grietas de los muros con un cemento duramente amargo.

No hace más que danzar y danzar y danzar y entre terribles penumbras su rito me sumerge en un pasado feroz, donde el espanto, la colina y el secreto mortal.

II

Sus dientes largos brillan del tal forma distrayendo mi atención, que logran siempre hacerme retornar del viaje que minutos antes había comenzado, así es que, ni bien intento emprender una nueva y hastiosa travesía, corro el riego de toparme, de pronto, contra el borde de una nariz ahumada y somnolienta... o descubrir, silenciosos, su labios en mi taza de te.

III

Fueron meses de vivir la luna metódica y lejana, de caricias convulsivas, de eternas vacilaciones; así que fue necesario, entre la sed de la tarde de un sábado, convocar viejos héroes... fatales personajes feroces que poblaran las ausencias...!

IV

Durante varios meses ignoré las sombras que iban brotándole por debajo de los ojos, como así también la poderosa e inimaginable facilidad con que se desvestía de golpe o me dibujaba una rosa, súbitamente transformado en rey... o en luna nueva!

Sin embargo en su piel blanca suelen habitar mis besos y la espesura de sus labios impide pueda ver más allá de la ternura.

Tal vez, la palabra se ha perdido e inventa un nuevo Dios para definirse.

El lobo

8/30/2008

7

METAFÍSICA DE LAS SIMPLES COSAS

Este encendedor que no hace más que chispa

o gatillar y que no salga ni la soda,

es como el último fernet cuando no hay coca

o esta garra de uñas mal comidas.

Un error tipográfico en una lista negra.

Un boquete para entrar donde la puerta está abierta.

Un sinsentido, una pregunta: ¿Por qué a mí?

Era una, coma en el lugar equivocado.

Era un canto a la vida del asceta,

disfonía en la pluma del poeta

que puteaba de lo lindo.

Por IMMANUEL PAGANI

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SIMBIOSIS

¿Ves al señor de traje gris, el que está allá, mirándonos? Es un amigo mío, que sabiendo mi debilidad por las apuestas, me retó a hacer q alguien lama (no que bese, que LAMA) mis zapatos. ¡No, no, esperá! Mirá…Ah, ya sabia que te ibas a quedar. ¿Cuánto querés? ¿Dólares o euros? no hace falta que lamas todo, con una lengüeteada basta, pero pensándolo bien, te pago el triple para que los dejes completamente limpios. Si se te seca la boca, podes tragarte tus lágrimas.

Por F

4

CLARIVIDENTE

Vendió sus ojos para cancelar una deuda y quedó ciego, libre para transitar por su oscuridad. Al cruzar una calzada sintió el impacto de un vehículo sobre su cuerpo, y en cosa de segundos vio a Dios.

Por Zorbo el griego

4

INGRESO PER CAPITA

Cada fin de mes Ofelia recibe el sueldo de su marido y se va de compras al supermercado, luego a un centro comercial, paga las deudas atrasadas y los servicios básicos. Sonríe mientras camina entre escaparates y vitrinas luminosas. Llega la noche, regresa a su casa, se sienta en un sillón, suspira agitada, y luego cae en una profunda tristeza. Deberá esperar treinta días para recuperar su estado de ánimo y volver a sentir la misma sensación de felicidad que hace unos segundos atrás.

Por Narciso Iturriaga Salaamanca

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SABIDURÍA INSTINTIVA

No sabía leer ni escribir pero predicaba la palabra de Dios

Por goyo

4

Hundidos en un barco de película… años de Belle Epoque

Érase una vez un gigante intrépido y omnipotente con tan poca humildad que terminó en un cubículo de veinte centímetros de profundidad y no muchos más de largo, al lado de un respirador artificial y un muñeco haciendo las veces de buceador. Desde ese histórico día llovieron piedras, más que corazones.

Por Annelies

2

Llave abierta

Siempre esperando. Las diez horas se acercan. Necesito un colectivo que me lleve al más allá. Las líneas se bifurcan pero veo personas que hacen lo que quieren, e imito. Acciones se dejan llevar pero los conocimientos transmiten mucho. Y se dejan llevar. Hoy somos. Especies, cactus, somos. Libres en algún sentido, en cualquier otro espacio, en tiempo reversible, quizás.

Por Annixter

2

Preparemos las alas, mitad

Julito amaba tanto la rayuela que ascendió en dígitos y llegó al cielo. En el intento de volver a la tierra la lluvia había borrado la tiza y arrasado con varios corazones. Eso pensó La Maga, ya que el suyo también había sido tomado. Voló ella hacia el encuentro a cielo abierto.

Por Annie R

2

Recuerdos

Crisálida de luz

Extienden sus alas

Ante mis ojos

Mientras se imprimen

En la tela de mi mente.

Los recuerdos son haces

De luz que cobran vida

Al pensar.


por Jean Reudus

4

No se puede todo al mismo tiempo

Seguía vivo pero parecía muerto. La clave? El secreto? La idea justa para permanecer , vivo un rato mas? Confiado en vivir haciéndose el muerto.
La escalera terminaba ahí. Arriba la casa continuaba. Afuera había una ciudad que no quería volver a verlo…vivo.
Lo dejaron un rato. Sigo vivo…pensó, haciéndose el muerto.
Sigue vivo, se dijeron los otros. Los escuchó y ahora sí empezó a morirse de verdad.

Por ML

4

El viaje

El cielo chorrea. Lo miramos. Pero no observamos la lluvia, siempre tan distinta.

Hoy es espesa, oscura, parece barro. Se pega a nuestros trajes, casi no veo por el visor. Igual nadie baja los ojos.

Expectantes esperamos. ¿Qué habrán encontrado? Ya descienden.

No veo sus rostros, pero sus manos dicen “no”.

Se acabó, nuestro mundo terminó.

La gran pantalla nos muestra al pequeño planeta, el segundo del sistema. Donde había tierra, ya no hay vida y donde había agua, hay profundas fosas vacías, en donde se pierde nuestra ultima esperanza.


Por Muñiz Tejerina

8/28/2008

5

MARIAM


Si lanzo una mirada en retrospectiva por encima de los años, desde el centro de esta bien instalada mediocridad en la que se va convirtiendo mi vida, alcanzo a verla sólo a ella, a Mariam, sentada en algún banco de la facultad leyendo un cuaderno, con su overol marrón y sus zapatos chinos; o años más tarde, en la noche, bajando del auto de su padre, quien siempre la esperaba para llevarla a casa, caminando sin prisa hacia las escaleras, abrazada a sus cuadernos, tan dolorosamente intacta, bella y lejana, como la más fulminante aparición.

CESARE

5

[NULO] Recuerdos empañados

Entre las vías del tren se puede vislumbrar la imagen solitaria de un sofá verde en el cual esta acurrucada una mujer que viste su desnudez en forma de vestido tranparente. Su cabeza elegante reposa sobre el brazo destartalado de dicho sofá, mientras que su cuerpo se abraza a la dejadez de la inconsciencia. Tan solo sus manos venosas son el referente de su vida y de su muerte, pues se corto las venas antes de tumbarse a esperar el tren que le llevaría a sus ensoñaciones de mujer enamorada.

Nadie la conocía.

Nadie la añoraba.

Su vida… ¡una mentira!

Por Delfina

8/27/2008

8

ALMAS GEMELAS

Ella dio un paso, dos.

Ella cayó y cayó.

Se puso de rodillas,

Se deslizó por el suave manto de una hoja verde.

estiro su mano con la palma al cielo,

Llegó hasta el ápice y volvió a caer,

fijo sus ojos en la transparente gota,

vio la palma y se dejo atrapar.

Por un instante se miraron…

Nunca sabré si se comprendieron, pero una regresó a su casa,

y la otra llegó hasta el mar.

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Chrisitan

5

La luz al final de las tinieblas

La entrevista con un vidente terminó de tranquilizarlo, pues confirmó lo anticipado por una gitana: “Al final encontrarás la luz”. Entonces regresó feliz a contarles a los suyos que las penurias quedarían atrás. Y fue al doblar al final del oscuro sendero por el que volvía, cuando lo enceguecieron las luces de un enorme camión.

Por Sobreviviente

4

El día que nos conocimos.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con los escalones del mismo autobús, digo, y su risa, que hasta el momento intentaba ocultar, se une francamente a la torpeza de la mía.

Más tarde diré que hay desgracias que no lo son y mucho, mucho más tarde, descubrirá que las desgracias eran precisamente lo que parecían.

Por Fernando Remitente.

4

PAUSA

Sábado a la mañana.

Tomó los cierres que empezaban en la parte superior de su cabeza y los descorrió hasta llegar a la punta sus pies.

Colgó el traje en el perchero, subió a su auto y la pasó a buscar. Llegaron a un pueblo tranquilo, disfrutaron las horas pausadas del día y las estrellas sembraron de magia la noche.

Pero el domingo volvieron a la ciudad.

Entonces el señor ocupado se calzó sus zapatos de responsabilidad, se puso el traje de hombre serio, se anudó su corbata de persona importante y continuó su vida.


Por Ulises

5

ESPEJO

Me asomo al espejo y veo un mundo simétrico al mío. Me fascina. Muy rápido me sumerjo en él y veo una puerta abierta. Entro en un túnel sombrío y tanteando las paredes avanzo hacia una débil luz. Aparecen otros pasillos que me confunden cada uno con lánguidos resplandores. No puedo volver hacia atrás pues se ha cerrado el camino. Me abruma la soledad, el silencio, la penumbra. Me siento asfixiada, sin fuerzas; sin embargo lucho contra la desesperanza y entonces, dando vuelta a un recodo, hallo un espejo y detrás de él mi habitación.

Por Gneis

8

LA BRUJA

Siempre dijeron en el barrio que era una bruja. ¿Pero cómo iba yo a saber que me toparía con ella?

La cuestión fue que yo conocí a un hombre en la confitería y me gustó. ¡No podía estar enterada que era su marido! Y bueno, cuando lo supe, seguí igual, ¡a mi me encantaba!

Mis amigas me decían que tuviera cuidado, pero yo no creía en esas cosas.

¡Ahora estoy luchando sin tregua para sacarme el grano de la nariz que casi tapa mi cara!

Por Nocheydia

3

Karma

De un solo instante

germinan

ilimitadas puertas.

Catástrofe de la indecisión.

Aquella que seré

de aquí a un segundo

depende de la puerta que abra ahora.

Sabiduría de la incerteza.

Inspiro y veo

batallones de posibles futuros

que desfilan ante mis ojos.

Exhalo

y abrazo con todas mis fuerzas

un único

momento

presente.

Por Leonor

8/24/2008

4

LA FAMILIA UNIDA

El mar sereno, transparente, cálido, suave. Llega hasta la arena despacio, la acaricia. El viento hace salpicar la espuma. Los peces nadan en cardúmenes plateados.
El mar, color turquesa, con aguas rizadas, descarga olas nerviosas; la arena recibe el golpe con resignación. El viento agita las profundidades.
El mar, furioso, oscuro, azota la orilla; el viento ruge, los peces desaparecen hacia el abismo.
Se desata la tormenta; el universo se rinde ante su poder.
Cuando el cielo se vacía vuelve la calma.
Uno nunca sabe si vale la pena abrir la boca en las reuniones familiares.


Por BIENVENIDA

2

OJOS NEGROS

Miro tu cuerpo.
Miro tus manos, la copa hacia tus labios.
Miro tus ojos, caigo dentro.
Precipicio negro, vértigo, parálisis,
ríos de sangre caliente en mis venas,
frío que recorre mi espalda hasta los pies...
No existe el mundo.
Me perdí en tus ojos...Dios, que nunca me vuelva a encontrar.

FUEGUINA

5

Claroscuro

La lluvia caía sobre su cara, mientras las personas pasaban a su alrededor. Le parecían retratos inmóviles, retazos de nada. Dirigió su mirada al horizonte, buscando algún rostro familiar, algún vínculo entre él y aquella escena sacada de las páginas grises y salpicadas de lágrimas en aquella urbe despiadada. Sin darse cuenta, sus ojos se encontraron con otros envueltos en terciopelo azul y pupilas plateadas, con una diosa de marfil vuelta mujer, manos de seda y corazón de papel. Pasó a su lado, mientras sus labios intentaron pronunciar un nombre, pero cuando volteó, la ciudad se la había llevado.

Por hollowmanu

4

[NULO] Eucaristía

Como cada domingo la familia acudió a misa. Robertico, con sus ocho años, parece siempre estar distraído.

Oía la misa aparentemente sin prestar atención.

…y dándoselo a los discípulos, dijo: "Tomad y comed, esto es mi cuerpo"…

…a recibir este sacramento, los fieles deben observar el ayuno…

…han de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida…

…a excepción sólo de agua…

… la Paz del Señor…

Al concluir la misa, la madre lo amonesta por su desatención.

-Descuida mamá, la próxima vez pondré más interés.

Y luego añadió: - Debemos cuidar el agua.

-No tiene remedio, pensó la madre.

Igor Fuentes

1

Frente a un nuevo muro

¡Ha comenzado una nueva batalla!

que me ha encontrado atisbando la luna,

e inmaduro cómo un niño de cuna,

que se entrega al llanto y luego se calla;

mas aunque no lo permita mi talla,

sé que me acompañara la fortuna,

cerrando mis sendas y dejando una,

me dejará caer sin una falla.

Esto implica que como Garcilaso,

he de perecer románticamente,

buscando algo cuando no tiene caso;

y cuando asalte delirantemente,

su fortaleza cuál soldado raso,

falleceré embriagado dulcemente.


Por Orlando

5

Nunca llores

No soporto saber que lloras,

que te encuentras triste y agotada,

que tus segundos sean horas,

ni que te sientas presionada;

pues tus lágrimas valen oro,

nunca nadie las merecerá

deja la tristeza te imploro,

y la vida te sonreirá.

Casio

4

Inmortalidad

Arribará el día en que dejaré de existir,

con una nueva etapa de eterno descanso,

mi corazón sin vida dejará de latir,

y quedarán las huellas de mi amor pasado;

y viviendo en recuerdos mi amor no morirá,

estará presente en mis mediocres escritos,

cautivo en mis poemas se inmortalizará,

sobrevivirá en ellos yo una vez extinto.

Por Antígona

2

“Justificación más que atendible, pero inconfesable, para llegar tarde al trabajo”

Cuando sonó el despertador quiso levantarse, pero no pudo. Se encontró con que no estaba en su sueño sino en el de su mujer y si quería evitar que la cosa pasase de una monótona cantinela allí a un coágulo de truenos en la realidad sabía sobradamente que no debía robarle a su memoriosa palomita la pulcra atención de sus oídos.


Por Alubia

7

ARROGANCIA

Miré al Sol de frente, y los ojos se me llenaron de nubes.-Dijo la Luna-

Por Ne Pas Regarde-moi

1

DESPIERTO

Emergiendo lentamente en la realidad, me siento el resto del naufragio obligado de cada día. Los ojos cerrados todavía. Empiezo a sentir mi cuerpo. De fuera a dentro. Cada articulación, cada músculo, cada centímetro de piel parece reclamar su sitio en mi anatomía. El cuerpo me hace saber mediante íntimas sensaciones que no estoy vacío. La vida ha seguido durante mi aparente ausencia. Mi compañera se fue temprano a sus quehaceres. Percibo su olor, los restos de tibieza en el lecho, el molde de su cabeza en la almohada, su ausencia en los pliegues de las sábanas. Estoy despierto.

Por argonauta

3

SE HIZO EL SILENCIO

Se hizo el silencio y habló, como siempre, para decir la última palabra; pero no se oyó. Elevó la voz, gritó y siguió sin oírse. El silencio continuó dueño y señor del espacio. Buscó las miradas de aprobación, de acatamiento, las inclinaciones cómplices de cabeza, los gestos de sumisión habituales. Nada. Los rostros de todos parecían inertes, congelados en una expresión de indiferente atención, desvitalizados, ausentes. Entonces se percató. Tantos años imponiendo su criterio, su opinión, su liderazgo indiscutible y sin autocrítica. los había matado a todos, a todos. No había supervivientes. Estaban muertos de aburrimiento.

Por Orestes

3

UN MAL DIA QUE VIVIR

07:30. Victoria se levanta. Se dirige al baño. Se mira en el espejo. Cree ver en su rostro las marcas que deja el fracaso. Hoy tiene que dejar la pensión. No le queda dinero. Las cosas están feas. Se le acabó la beca. Economista busca trabajo. Una más llamando a puertas. El desayuno le sabe a última cena. Sale a la calle. Su novio la deja por una enfermera con buen culo y trabajo. Sonrie a la derrota. De regreso a la pensión.

-Carta.

“En respuesta a su solicitud, …. nos interesaría....”

-¡Me quedo!

-Enhorabuena.

Por AQUILES

8/21/2008

7

[NULO] LOS IN-FIELES

Nos encontramos en la esquina de El Tropel a las 10 de la noche. Ya nadie acude a ese bar y solo le queda el nombre. Somos dos sombras en la oscuridad.

Llevo una flor y un chocolate y tú el perfume que me atrapa.

La cena es agradable con música romántica, buen vino y confidencias de doble sentido. Luego del café partimos hacia un hotel donde hacemos el amor con la pasión de dos adolescentes.

Todo resultó tan perfecto como mágico.

En casa, recostados, tú con la cabeza apoyada sobre el hombro de él y yo con el brazo en la cintura de ella, repasamos esas imágenes durante toda la noche.

Al día siguiente nos cruzamos y al unísono, nos disculpamos por no haber acudido a la cita.

Ollag

10

[NULO] AMOR DE CLASES

La luna mojaba el piso de la sala después de atravesar la ventana. Amanecía largamente.

De pie frente al fuego del hogar, las luces y las sombras de las llamas le manoseaban el rostro desfigurando sus nobles facciones. Con su mirada inerte sobre el escudo familiar que colgaba de la chimenea, repasó una y otra vez sus títulos nobiliarios por orden de jerarquía:

Duque de Tovar y Romería, Marqués de Huescayar, Conde de Torres-Castillejo, Vizconde de Uruña y Barón de Primente-Insulso.

Atendiendo a este último y en virtud de su amor no declarado, colocose su pesada cota de malla, una veste de lino azul, el almófar y el yelmo con nasal. Ciñó su espada a la cintura y sobre su caballo presto para la batalla, ordenó abrir las puertas del castillo.

Sobre el puente levadizo ignoró la opulencia a sus espaldas.

A toda carrera entró en la aldea.

La plebeya, con el cabello desprolijo, la belleza intacta y su espera implacable, lo vio venir.

Como un águila acechando a su presa en raudo vuelo sobre la calle mayor, su fuerte brazo extendido tajaba el aire.

Ella lo tomó y él la arrojó en las ancas.

Ella lo abrazó por detrás y él apuró el galope.

Se perdieron en el bosque y ya no se supo de ellos.

Leirbag

8/20/2008

4

[NULO] Madre

A menudo, escucho mi nombre

entre gritos y de fondo,

el televisor, con sus novelas,

que acompañan tus tardes.

De sobremesa un té,

luego la casa, los perros,

y en la distancia nosotras.

A veces quieres hablar con Stella

equivocada me llamas, te corto,

entre mis dientes la bronca,

y estallo de celos.

Y como siempre, herida

en mi orgullo, digo,

llamó a la preferida.

Quien más te disfrutó

fue ella, entre sus dedos,

tu oreja, entre las sabanas,

tu cuerpo, siempre la cobijó.

La negra salida de un repollo,

a la vera del camino,

te compró el corazón.

Por Esterpsicores

4

Casa

Tanta vida guardada en mí.

Historias de amor,

historias de engaño,

historias de tiempo,

historias del pasado.

Mis recuerdos son sólo eso,

todo lo que soy.

Siempre estuve, estoy,

siempre fui, hasta hoy.

Todo lo que pasó en mí

se desmorona conmigo.

Del polvo de mis ruinas

salen momentos,

del ruido de ellas,

salen rumores testigos del tiempo.

Todo eso pasa, nadie se da cuenta,

porque el pasado no importa en el presente,

porque el presente sólo importa hasta mañana.

-¿Por qué en mis ruinas, al morir,

llora alguien?- me pregunté

    -Porque ese alguien solía sentir.- me contesté.

Por Hersiria

4

Recuerdos

Tarde lluviosa. Sin saber que hacer, me penetro en “la pieza de la Abuela”. ¿Qué hallé en ella?

Una caja amarillenta. Curioso la destapo.

¡Mi traje azul de primera comunión! La camisa y corbata blanca, el moño de brazal calado, ¡El pantalón corto!.

¡Mis zapatos de charol, lustrosos. Hallo un rosario y un libro de Misa. Ahora recuerdo.

¡ Cómo temblaba en mis manos!

Fotografías de la celebración, la torta con un adorno litúrgico, el chocolate caliente, mis padres, mis hermanos, amigos que ya no están.

Han pasado sesenta y cinco años. -¿Estaré equivocado? -¡Parece que fuera ayer!

Por Añoranza

8/19/2008

11

Manchaypuytu


Dice la leyenda, que el Hampikuq de Potosí (el curandero), ya habiendo sepultado a su amante y movido por el amor que la profesaba, una noche de frió invierno avandonando su chuklla (choza), la desenterró.

    -Llakikuykim, Llakikuykim, kunan tuta takisunchisk. (me haces falta,vamos a cantar esta noche)

Con la tibia de su amante fabricó una pinkullu (flauta), la cual, introducida en un cántaro le permitió tocar las melodías más tristes, lúgubres y profundas que nunca antes se oyesen por el altiplano Boliviano.

Entré en casa, Mi mujer dormía y su pierna asomaba entre las sábanas. Que bonita tibia, pensé…

Por William H. Outside

4

Testigo

Hoy vi un avión,

enfrentando una luna;

lo vi toreando irascible;

ella era cenizas en un mar calmo;

era sin nubes el mar, uniforme;

era una cara sin ojos, ni boca;

era una mancha con fondo de cara.

Lo vi a mi avión atrevido,

buscando amor,

una boca, una mancha,

con un andar veleidoso;

se vieron, él la miró.

El desasosiego dominaba mi cuerpo;

nada percibían las máquinas de sangre.

La rozó;

una milésima imposible;

ambos continuaron indemnes;

ella, como mancha virgen de lo azulado,

él, como un insolente,

que casi la besa.

Por C. Pastoré

5

Si está

No puedo dormir,

por haber hecho la siesta

por haber sido pasivo

admirado la lluvia.

que encierra

obliga

a refugiarse

enfría

te eterna

deshidrata

ahuyenta

riega de calma

enferma de sosiego.

Sol,

no aparezcas

no he descansado aún,

necesito reencontrarme

con las furias de mi inconsciente.

          Por A. Balmaceda

3

Visión húmeda

Invisibilidad aparente,

Descubierta por testigos deprimidos.

Paisaje cambiado y tenue,

Gris,

verdes mojados,

lodazal de marrones;

Fondo musical que ulula enlatado.

Se pierde tiempo en el esquivo,

gamuzas de terciopelo,

zapatos lustrados

vuelan buscando orillas,

luchan por mantenerse elegantes;

se doblegan,

pocos lo logran.

Ansían refugios a la humedad,

Son inaccesibles,

se agotan;

Los muertos reviven junto al hogar,

Lo opacado se colorea,

La depresión sometida se alza estoica.

Por Franco A. Krí

3

“Encontrarse”

Ella adoraba al sol, él veneraba a la luna; se enamoraron en un eclipse.

Por Errante

9

[NULO] JUEGO

HABÍA una guerra. En el frente Sur, en primera línea de fuego, de pronto la desesperación y el horror le estragaron al sargento Prat el sentido.

Ni siquiera alcanzó a comprender de dónde le llegaba aquel irrefrenable impulso.

Tampoco se detuvo a interrogarse al respecto.

Sólo lo obedeció.

Dejó a un lado la mochila, el fusil y el colt que llevaba ceñido a la cintura y se tiró al suelo, donde jugó a la guerra con los soldaditos de plomo que guardaba consigo desde su más tierna infancia.

Cuando la bala enemiga le atravesó la cabeza de parte a parte el sargento Prat no le dio al hecho la menor importancia: aquello acaecía en la inocente fantasía sin consecuencias en la que se hallaba inmerso.

Murió con una apacible sonrisa infantil en los labios.

Por Antillano

4

EL AMANTE

HABÍA más de cien soldados emboscados en la noche esperándolo. Cuantos caminos, senderos y veredas conducían al pueblo se hallaban rigurosamente vigilados. Con todo, Morel acudió puntual a su cita de madrugada con María. Luego –de acuerdo con el testimonio de fidedignos testigos presenciales–, se reincorporó completamente ileso a su irrenunciable libertad de potro salvaje.

Todos en el pueblo alabaron su coraje, su arrojo, su hábil inteligencia, su valentía; todos menos yo, que por celos de María lo había matado con mis propias manos hacía ya tiempo.

Por Odiseus

6

[NULO] LA ESCALERA

AQUELLA NOCHE de sábado, cuando penetró en el recibidor del imponente edificio de apartamentos del centro de la ciudad, se encontró con que el fluido eléctrico estaba cortado. No era pues posible usar el ascensor y resuelto como estaba a llegar cuanto antes y a como diera lugar a donde sus amigos lo esperaban –uno de los apartamentos situados en el decimotercer piso–, optó por tomar las escaleras.

Acometió el ascenso con resolución y optimismo. Mas escalón que pisaba, escalón que se multiplicaba por diez o por quince alargando ostensiblemente la escalera. Así, tras sucesivos intentos, comprendió que nada podía hacer, que jamás alcanzaría el apartamento donde sus amigos lo esperaban, y se apresuró a acometer el descenso...

Pero de inmediato cayó en la cuenta –ahora sí del todo consternado– de que cada escalón que pisaba se multiplicaba no ya por diez ni por quince como cuando subía, sino por veinte o por treinta, alejando vertiginosamente el suelo…

Por Rocin-Antes

5

[NULO] No camina como pato, ni come como pato, ni hace ´cua ´ como pato.

O pato vinha cantando alegremente, quém,
Quando um marreco sorridente pediu
Pra entrar também no samba,
O ganso gostou da dupla e fez também quém,
Olhou pro cisne e disse assim "vem, "
Que o quarteto ficará bem…




Un haiku tiene 17 moras, le dijo ella y se comió una. Una poesía no es un microrrelato dijo él. Ciento dos palabras no son cien palabras, sonrió ella. Se miraron, tomaron las hojas escritas (todas) y las colocaron en su lugar: el cesto de residuos.

Por Andy Kaufman

5

Una muerte

Me sentía rasgado en todos mis delicados bordes. Olía mi diminuta respiración, aquella monótona consonancia que orbitaba las superficies del tiempo. Estaba por caer al abismo, de patinarme al limbo, y ellos no lo sabían. ¡Siquiera me miraban!

Los vientos se agolpaban en mi pecho, y en cuestión de segundos naufragué dentro de mí mismo. Desde arriba los vi cubriéndome, más yo no sentía una sábana encima, sino un cuerpo debajo de mí.

Por Lionel Banin

4

EL CUENTO DEL FERROCARRIL

Cuando el ferrocarril llegó a la pradera, los nativos lo atacaron con lanzas y flechas.

Cuando llegó al desierto, los fugitivos y los renegados lo tomaron por asalto.

Cuando el ferrocarril llegó al mar, los constructores pensaron que había soportado todas las pruebas.

Pero el ferrocarril llegó un día a Sudamérica, y entonces pasó lo que en ningún otro lugar podía pasar.

Por Arian

6

VOLBAP

Estábamos en el piso, mirando el polvillo. No movimos los ojos durante dos horas. Cada tanto uno movía una de sus patas, ambas eran patas ahora, porque ambos hacíamos lo mismo. Se escuchó una voz que dijo ‘‘vamos a pasear’’. Uno salió corriendo para que le pongan el collar y la correa. Su lengua babeaba y su corazón se oía a una legua. Seguía sin saber quien paseaba a quien, si el perro que no tiene nada mas que esperar e ir a pasear, o el dueño que se encierra en su casa a mirar televisión. Ambos necesitaban pasear.

Por Negritte

37

Último discurso


“¡Pasen damas y caballeros! Pueden ponerse cómodos, ya han llegado todos los invitados: ratones de alcantarilla, gatos enfermos, perros con tiña, palomas ciegas, murciélagos cantantes y cucarachas esquizofrénicas. Los últimos días del hombre han llegado, tratamos de advertirles; nadie escuchó. No me iré con rodeos y preguntaré directamente ¿alguno de ustedes quiere quedarse con la ciudad?”. Un murmullo trepidante sacudió el aula, los primeros en reaccionar fueron los caracoles, que velozmente salieron de escena, otros les siguieron. Pronto también dejaron los dominios del hombre, sólo quedó el maestro de ceremonias que apagó la luz, y se durmió.

Por: Escalera Rota

8/16/2008

5

EL MÓVIL

Un hombre, distendido cómodamente en su cama, juega a que entre sus manos tiene un arma invisible: la sostiene por la culata, abre el tambor para colocar las balas virtuales, lo cierra, presiona el martillo, apunta milimétricamente a diferentes objetivos que se hallan en su habitación. Ve de pronto a su mujer entrar por la puerta; lúdicamente, como si de verdad disparase, le apunta y aprieta el inexistente gatillo.
La mujer, envuelta en sangre, se desmorona como un castillo de naipes hacia el piso.


Por CASAUBON

5

LA REGRESIÓN

Mientras viaja en motocicleta, un hombre -confundido en la turbiedad anácronica de una difusa nube temporal- tiene la sensación de que es un general de los ejércitos de Carlomagno. Siente muy pesada la mano derecha, acaso porque en ella sostiene trágicamente una espada ensangrentada. No se da cuenta tampoco de que el caballo azabache que cabalga bajo sus piernas lo lleva hacia una muerte inevitable.


Por HAMLET

4

APOCALIPSIS

Miraba el cuadriculado universo con la expectación de un niño. La última pieza sería movida. Alfil ataca al Rey: no había nada que hacer, el encierro era absoluto.
Lucifer dio jaque-mate: empezaba el fin del Mundo.

Por ODISEO

2

[NULO] MILAGRO AL ESCRIBIR

Milagro al escribir... y que cada letra tenga una esperanza, de encuentro, de llegada.

Milagro al escribir, donde encontrar tesoros, miradas dulces, puño fuerte que golpee lo no hallado.

Milagro al escribir, es lo que sueño mientras un no se que llena de líneas mis ojos, escribir buscando el mejor final... con café caliente y entre tus brazos, cuna que mece mis deseos, mis ganas de escribir.

Milagro al escribir, sin entender, sin mirar, sentirse madre, tierra y semilla, sentirse parte de todo, de nada y aun así seguir...escribir ¿basta para vivir?

Milagro al escribir y melodías ya están esperando cada palabra... como novio pendiente en el altar, como niño y un regalo en navidad, como mi espera en la ventana viéndote llegar.

Milagro al escribir como pequeña y sus trazos de papá y mamá, como aquella frase que nunca nació, que siempre se espero y en manos con temor, en labios con rencor se quedo.

Milagro al escribir y lo iluso se volvió ilusión, lo improbable una rutina grata y entonces al final diré como los viajeros...escribir es todo, vivir no...Milagro al escribir

Por Luís de Santa Fe

6

La escoba de María

¡Que no María, que las escobas no vuelan!. La niña, sin hacerme caso, tomó carrerilla y, ante mi sorpresa, salió volando a horcajadas sobre la vieja escoba. Asustado, corrí tras ella intentando sujetarla sin conseguirlo, pues se escurría cada vez volando rauda sobre los setos del parque entre risas y piruetas. Al rato, medio dormido aun, me levanto del banco de madera y llamo. ¡María, hija! ¿donde estás? De lo alto escucho unas risas que me son familiares. Es María con su vieja escoba, que me mira desde la cima de un cerezo japonés. Caí desmayado.

Por xatevexo

6

[NULO x3] Anuncio

El relato:

205 - Momentos Intensivos
206 - Justina
207 - El Corsé

Superan excesivamente el limite de palabras estipulado en las bases, asi que han sido colocados en un solo post. Les recuerdo de paso a los futuros participantes, que lean las bases antes de participar. Esto no es un centro para exponer cualquier clase de obras.


Y me enojo.!!!

Atte.
El Coordinador adjunto.
____

MOMENTOS INTENSIVOS

a mi papá


El hospital tiene la típica construcción de la época peronista. Enorme, resistente, lúgubre. El paso de los años lo fue oscureciendo, dejándolo ahumado, descasacarando la pintura, gastando los escalones, humedeciéndolo a perpetuidad. Pero se lo ve aún imponente, su presencia habla del Estado fuerte, de los tiempos en que las cosas se hacían con materiales sólidos, mucha piedra y tejas de verdad.

Merodeándolo deambulan perros deformes; a este le falta una pata, aquel tiene sarna, el otro es ciego. Pobres hombres, de andrajosa estampa, hablan con los animales mientras soportan el frío y la humedad.

El olor a hospital, horrible, inunda su interior. Mezcla de lavandina y sopa, crece al mediodía, la hora del almuerzo. Pasan los carros destartalados por los pasillos. Todo fue bueno alguna vez: el carro, el uniforme de la enfermera, el ascensor.

Segundo piso, Terapia Intensiva. El botón rojo del ascensor debe ser pulsado varias veces en el dos para que la puerta se cierre, y queda titilando. En el piso siempre hay algo tirado o derramado. Una bolsa, un líquido, todo asquea. Una enfermera o un camillero están subiendo, siempre mirando su celular, leyendo vaya a saber qué.

Se abre la puerta y hay que salir corriendo, el botón de Mantener Abierto no está, y es imposible frenar la fuerza de la mecánica a mano.

El pasillo largo está helado. Al fondo, un grupo de gente murmura. Las luces no funcionan, o han olvidado encenderlas, y los rostros se distinguen por el reflejo de los fluorescentes que, ya dentro de Terapia, iluminan algo a través de los vidrios.

Pequeños grupitos se aúnan cabeza con cabeza, y hablan de respiradores y de enfermeras. Siempre hay alguien enojado con el personal. Uno afirma que la tomografía que dicen haberle hecho a su pariente, nunca fue realizada. Que por algo no se la mostraron, que a él no lo van a engañar. Una vieja lleva un banquito plegable, en él se sienta para esperar el parte y el horario de visita. Una mujer joven e impaciente, toca el portero eléctrico, para usarse solo en emergencias, y espera. Nadie le responde.

Sobre los azulejos blancos, cantidad de mensajes de agradecimiento llenos de faltas de ortografía y de ansiedad. La puerta vaivén tiene un cartel en cada hoja: “Sostenga la puerta. No la largue.” Sostenga la vida, no la largue.

Dentro de Terapia hace más calorcito. La médica joven se asoma: “Familiares de Martín…” Los ojos se levantan, atención, ahí llaman. “Martín!!!” repite un familiar, dándose vuelta para que el nombre llegue a los más distantes. Un jovencito pasa entre la gente, todos los días está. Se lava las manos con Pervinox y camina hacia la sala, entre los beeps y los ronquidos de los respiradores. Se pone un guardapolvo verde y se acerca a una cama, donde un cuerpo inerte lo recibe. Es una mujer. La acaricia y le hace masajes en los pies. Es su madre. ¿Es su madre? ¿Eso es su madre?

Mira ese cuerpo tan querido y descubre nuevos rasgos. Los ojos saltones…Nadie habla, todo es silencio. Las frazadas dejan escapar una mano que ha perdido su color, mientras líquidos entran y salen con cuentagotas. Unas palabras cariñosas susurradas al oído y un susto enorme. No quiero que eso me pase a mí.

Unos minutos y afuera. Algunos le preguntan, otros vuelven a mirar ansiosos a la puerta, esperando el siguiente llamado.

Tengo que traerle desodorante, se escucha, llaman a otros familiares para el parte médico. “Bueno, estamos complicados con el señor….” Dice un médico joven a cuatro pares de ojos que esperan respuestas, casi premoniciones. ¿Pero se sale de una situación así?, “Claro, no todos salen muertos de acá!!” Los familiares sonríen tímidamente.

Y se van, nos vamos, a casa, con el corazón estrujado, con la esperanza haciendo su máximo esfuerzo. Rápido, al reino de los que todavía estamos acá, tratando de olvidar esa fachada enorme y oscura lo más rápido posible, tratando de vivir sin recordar que ese Hospital sigue allí.



Escrito por Queta

USTINA


Justina era una niña de siete años, de cabello oscuro y mirada esquiva.

Sus mejillas tomaban color con dificultad, parecían rosas en un otoño permanente en el que la tibieza de los días, cada vez más cortos, era insuficiente.

Su cuerpo era huesudo, duro, lo que daba a sus movimientos cierta brusquedad que incomodaba a los adultos.

A pesar de ser una niña tranquila y sus juegos pacíficos, no pasaba día en que un objeto, generalmente costoso y delicado, sucumbiera ante su torpeza. Y, a pesar de todos sus esfuerzos, y de su gran poder de concentración, en algún momento del día la casa se sobresaltaba por el estrépito de cristales que se astillaban contra el duro suelo de granito; o tropezaba Justina con un cable y veía caer, como en cámara lenta, la bella lámpara de vitraux de la sala; o abría con demasiado entusiasmo un cajón y caían, como mil meteoritos brillantes, las cucharitas de plata de la abuela, abollándose irremediablemente.

Aún cuando dormía y sus sueños eran dulces y alegres, se veía a sí misma corriendo por verdes y esponjosos prados de césped tras una mariposa púrpura que parecía agitada por hilos invisibles, cuando una piedra inoportuna la hacía caer de bruces, agitándola en su lecho, llenándola de frustración y enojo, mientras la mariposa se alejaba risueña entre las fresias.

Los padres de Justina ya no sabían qué hacer. Amaban a su hija profundamente y habían abandonado tiempo atrás las visitas a los museos, a joyerías y bazares, a anticuarios y cristalerías, desde que tuvieron que pagar una fortuna por los fragmentos de unas copas que, estratégicamente apiladas, atraían a los transeúntes desde la vidriera.

Ana, la mamá, nunca perdía los estribos en estas ocasiones, pero esa vez apretó los dientes y sus puños se crisparon al abrir su billetera y despedirse por largo tiempo de esa sopera que le hubiera sido tan útil para llevar caliente a la mesa sus deliciosas sopas invernales. Ana creía, en el fondo de su corazón, que Justina había heredado su torpeza de su propio padre, Alberto, capitán de submarinos, que llegó a estrellar su nave contra la escollera norte por haber calculado mal las coordenadas.

Juan, el papá de la niña, tampoco se enojaba frente a los destrozos. El creía, en el fondo de su corazón, que su hija había heredado la torpeza de su hermano, que fue declarado persona no grata en los dos restaurantes de su pueblo por su falta de cálculo a la hora de pararse de su silla, después de dieciséis botellas de vino rotas y cinco pucheros revolcados entre la delicada lana de las alfombras. Sí, se decía Juan, seguramente Justina heredó tanta brusquedad de su pobre hermano Pedro.

Una tarde, mientras Ana batía en la cocina unas claras a punto nieve, vio a través de la ventana que daba al jardín, caer con los cabellos alborotados y la falda al viento a la pequeña Justina arrastrando tras ella las sábanas inmaculadas que minutos antes Ana había tendido en la terraza. Tembló de miedo por su hija, quedó paralizada por un instante. Cuando reaccionó vio a su hija sostenida en el aire por las níveas sábanas y supo lo que siempre había sabido: que a cada niño lo protege un ángel personal, esta vez disfrazado de oportuna rama “frena-caídas”. Respiró profundo y siguió batiendo, sabiendo en su corazón que algo empezaba finalmente a cambiar.

A partir de ese día, Justina desarrolló una nueva y asombrosa habilidad: podía detener en el aire la caída irremediable de cualquier objeto, incluso de ella misma y de otros niños. Es decir, su torpeza siguió siendo proverbial, pero más aún lo fue su destreza para evitar el fatal desenlace. Podía atajar hasta diez copas a la vez, con casi invisibles movimientos de brazos y salvar de caídas irremediablemente dolorosas a dos niños al mismo tiempo. Realmente era asombroso, los vecinos incrédulos se rendían ante la evidencia de sus reflejos.

Un día, Ana pisó una baldosa floja y tambaleó sobre sus tacos. La caída hubiera sido inevitable, de no ser por unas manitas sucias que la retuvieron con una fuerza inusitada.

El niño de al lado fue milagrosamente salvado de ahogarse en la piscina, la maestra de ciencias naturales pudo conservar sus probetas mejor que nunca, ya que Justina evitaba los aparentemente inevitables accidentes propios del trabajo con niños. Todos le estaban agradecidos y la respetaban.

Juan, acariciándole la cabecita que descansaba una noche en la almohada, le dijo susurrando: “Me diste una gran lección Justina; hacer de nuestros defectos un trampolín para alcanzar nuevas virtudes”. Justina sonrió y siguió durmiendo tranquilamente.


ESCRITO por Quetilla


El Corsé

Inés tenía la espalda destruida. Así lo decía, y en su gesto y en su voz las vértebras sonaban desmoronándose. Por eso debía usar un corsé, que nunca vi, sino apenas esbozado a través del encaje de la camisa blanca, inmaculada, divina; de la que el corsé quería escapar a toda costa. Hay objetos así, que no se resignan a su situación y pujan por tomar otros rumbos a los decididos por los humanos, arruinándonos hermosas veladas y distrayéndonos de profundas confesiones. Así era el corsé de Inés. En mi mente era un armazón que sostenía de su derrumbe completo una columna de anciana, de huesos gastados y hartos de mantener en pie una supuesta dignidad perdida.

No supe si se abrochaba o no. Imaginé miles de ganchitos por delante, descartando la fantasía de las cintas de raso atravesando la espalda de Inés, sobre todo ante la ausencia de doncella que pudiera ajustárselo diariamente.

En un momento ella me aseguró que era “de velcro”. No supe si se refería al material o al cierre del corsé, yo pensaba que la segunda posibilidad era la correcta, en un lejano archivo guardaba la idea de que con velcro se cerraban cosas, vaya uno a saber, el ajuste según las dimensiones de la paciente.“Abrojo” y velcro eran para mí sinónimos. Por un momento pensé que el velcro sería como el neopreno, pero cuando ella me nombró las cinco ballenas que lo hacían rígido en la espalda, deseche estos materiales, no sé porqué, pero me pareció que el neopreno de los trajes de surf no podía ser sostenido por ballenas (paradoja marina). Capaz que sí, pero en ese momento me pareció que no.

Intentaba distinguirlo con la mirada a través del encaje; poco se veía, porque Inés había colocado estratégicamente un chal negro, con flecos de seda que lo confundían todo y hacían que lo poco que alcancé a ver, no me pareciera real. Pero ahí estaba, sosteniendo esa columna “destruida” (con qué dramatismo decía Inés esta palabra)

Ella me seguía hablando y en otro momento de su monólogo sobre el corsé, esta vez refiriéndose al momento en que lo adquirió, imaginé a su hijo en uno de esos negocios de ortopedia y trusas para operados eligiéndoselo a su madre, interiorizándose en un mundo completamente nuevo de elásticos, costuras, cierres y afecciones. Pensé cómo van cambiando las cosas que son importantes en nuestras vidas. A veces, un corsé cobra un protagonismo enorme, y miles de millones de congéneres ignoran absolutamente su existencia al mismo tiempo. Y, más tarde, será un experto corsetero, conocimientos que guardará y sacará a relucir orgullosamente veinte años después, cuando lo que aprendió ya es viejo y no sirve para nada. Los corsés ya son completamente diferentes, conocimiento vano. El hijo de Inés paga y se va, doblando la bolsa para ocultar el poco masculino título impreso en la bolsa: “El mundo del corsé”. Conociendo a Inés, dudo que hubiera abierto la bolsa agradeciendo a Roberto por su excelente inversión. Imposible. Seguro sería chico, el cierre no cerraría lo suficiente, el material le daría alergia o algo así y el hijo volvería a “El mundo del corsé” donde alcanzaría ya el doctorado en esta materia; y traería a casa con uno que, sin ser por supuesto el ideal, sería “mejor que nada, pero tendría que haber ido yo”, a lo que el hijo murmuraría un “la verdad que sí”, que Inés fingiría no escuchar.

Me sigue hablando, ajena a mis pensamientos

A Inés le gustaba hacer la comida fuerte del día al mediodía. Al hijo, a la noche. Por supuesto, como buena madre, ella se sacrificaba y se iba a la cama reventando sólo para darle el gusto al primogénito, y no despreciarle la comida. Pero este sacrificio (comer de noche, a pesar de que no le gusta ir llena a la cama porque sueña y bla, bla, bla; lo aclaro porque quizá alguno no vea ningún sacrificio) debió finalizar, porque la naturaleza puso las cosas en su lugar. El hijo había cocinado, Inés comió fingiendo gusto para satisfacer al vástago, hasta que no pudo Más y le rogó al hijo que le diera un vaso de agua, mientras balbuceaba disculpas y le echaba la culpa al corsé. Inés me aseguró que la comida “no le bajaba” y que solo logró no morir ahogada cuando se lo quitó, con los dedos nerviosos y torcidos por la artrosis, desesperada en su cuarto. Al hacerlo sintió que le volvía el alma al cuerpo, que su estomago recuperaba su lugar perdido…Que de sacrificios hace una madre por su hijo. Pero Roberto se lo merecía, no como las otras desagradecidas. Ahí quise saber si dormía con el aparato puesto. “Noooo”, afirmó haciéndome sentir totalmente ignorante, parece que es obvio que no se duerme con corsé.

Y ahí está Inés en la mesa de enfrente, comiendo con el apetito de los viejos desaforados hasta que le estalle el corsé.


Escrito por Señorita Corazón



PD: Cualquier reclamo, dirigirse a Lorenzo Pablo. (XDXDXDXDXDXDXDXD)

8/15/2008

2

[NULO] Haikus

Noche oscura

Precipitado amor

Irresistible…..

Dragón furioso

Trémula esperanza

Cálida tregua

Dicha robada

Histriónico y gentil

Sin escrúpulos

----------------------------------------------------------------------necia actitud

Sinfonía elocuente

Esquizofrenia

extraña verdad

patética locura

incuestionable

grita y calla

desesperada quietud

rocío matinal

libertad ciega

nieva en primavera

gotas de rocío

calculadora

insospechada traición

la luna llena

mudo corazón

intoxicada juventud

perros y gatos

paisajes azules

fogosa aventura

nieve otoñal

sol, viento y mar

identidad perdida

¡¿fetichista el!?

Sórdida quietud

Pintando ilusiones

Palabras verdes

Rutina, astío

Invaluable amor

Frío e inerte

Día encantado

Escape al olvido

Mi inocencia

Despedida cruel

No digas lo que sabes

Sol de otoño

El malón y él

Hijos de la revancha

Justicia, moral

Por Eterpsícores

2

Dias gloriosos 100

MILITÁBAMOS JUNTOS EN LOS AÑOS GLORIOSOS DE LA CLANDESTINIDAD:

Entonces, eramos pocos. Ahora, estamos solos. La soledad es como encontrar fusilados antiguos en las cunetas del territorio sorprendido de tu alma.

Creíamos que el Universo estaba con nosotros. Porque eramos jóvenes. Porque militábamos juntos y ella podía aparecer con su minifalda azul, su boina y su bufanda de lana.

Después, llegó la Democracia. Descubrimos que la representación institucional es inversamente proporcional al tamaño del programa electoral. Ella dejó de tener fé. Y yo me dediqué a esperar una llamada suya, un mensaje, un encuentro. Un pequeño, pequeñísimo golpe de estado...

Por Idoia

2

EL BARCO DE LOS SUEÑOS


De niño lo esperaba al borde del barranco.

Desde la otra orilla se acercaba. El vigía recogía los delicados sueños en cada casa , los entregaba a su capitán pirata, los guardaba dentro de un baúl dorado a tres candados y a triple llave .

Pasado el tiempo, agotado de cantarle a las esperanzas idas, agarré mi mochila, una cuantas monedas y con una cesta para cocuyos, tome la ruta del sin destino . Mi pueblo se hacia pequeño cuando en el camino aparecía una ilusión con el nombre mío.

Fin

Por Arturo

2

Desde la infancia

Desde la infancia, tenía la fascinación de llegar a ser un gran bailarín. Había crecido con ese deseo.

Pero ahora veo a los demás bailar, desde mi asiento.

Descubrí que tengo un pie sordo.-

Por JOB-2008

4

Caníbal:


Este nombre y esta piel. Es todo lo que tengo....

……

Por Nataia Maggi

3

‘Ternuras’

Deseó resistirse al abrazo de metal, pero, una noche más, no se separó de la señal de tráfico. Miró el reloj y recordó la promesa hecha a la pequeña antes de salir: Volvería para arroparla, sí, y para ahuyentar con las sábanas los miedos de la niña; pero antes debería hacer lo mismo con los suyos. Mientras aquellas pupilas de luz la desnudaban de una sola mirada, el claxon gruñó, a modo de reclamo.

Por Sapere aude’

2

En el final del día.

Hoy, en el final del día, falta una ficha en el tablero y el mañana será ausencias.

Y el eco de un cuervo retumba en mis oídos.

Hoy te recuerdo Y el eco de un cuervo me roba la alegría.

Qué instante roba el futuro! Cualquier segundo puede dar tremenda bofetada!

Y el eco de un cuervo inmortalizarla.

Qué cábala rompimos, qué paso en falso dimos. Y en lo rotundo del cuervo no hay respuestas.

Aquí, en el final del día, piso tambaleando, indefensa y desarmada, con la sombra de dos palabras a mis espaldas.

Por MerlinaN

6

PUNTO

“.”

Tecleo cuatro líneas constantes. Al final del párrafo dibujo un punto aparte en el ordenador y termino; tras un lapso repienso todo y borro poco a poco cada palabra escrita, hasta que por último no queda nada.

Excepto el punto, ahora inicial.

por Somtag Gampo

5

[NULO] Porque nos cotara tanto ser felices?

A veces somos tan gilipollas que no sabemos ver la parte verdadera de las cosas, a veces nos creemos tan listos que parecemos tontos..
La vida me enseñó a desconfiar de la gente, pero ahora me enseña que no debo desconfiar tanto, a veces la desconfianza nos lleva a errores injustificables, a problemas sin solución, a tonterías que acabas creyéndote.. Me han dicho que confié, que nunca me habías engañado, bien y yo que hago..confió pero luego desconfió, acabo siempre por desconfiar..no puedo seguir así, esto no es una buena forma de vida, verdad?.. ¡baH! Da igual mejor no digas nada..es tan simple como esperar otro de tus Te quiero, otra conversación.. esperare.. solo queda que te diga que lo siento.. no quería ser así,, pero fíjate que así me han inventado, mejor dicho, así me fabricaron hace 17 años y como veras ahora costara pegar el cambio..es verdad que no cuesta nada intentarlo.. pero si la gente me quiere como soy, por que tendría que intentar cambiar??.. no se, algo dentro de mi me dice que cambie pero la otra parte me dice que pa’ quÈ???..si así soy yo, si me quieren bien; sino que se jodan.. pero no, a ti no..
Lo siento pero creo que la vida es así., necesitas equivocarte para aprender, sino de que nos servirían estas comidas de tarro,, esas horas pensando en que hiciste mal; esos días, semanas, meses taladrándote la cabeza porque fuiste injusta con la gente y contigo misma.. jajajajajajajajajaja, me rió por no llorar, esta vida no estudió para ser maestra.. por eso nos hace sufrir, equivocarnos, llorar, perder.. hasta el día que se cansa y deja de enseñarte y te deja reír, disfrutar, alegrarte, vivir...
Simplemente te pido que me dejes empaz ya puedo jugar la partida yo sola, no necesito a nadie ni nada para llegar a ser “algo”. Con las amistades me sirve; aprenderé de sus errores, ellas me enseñaran a saber ver lo que hice mal, a ver por lo que no tengo que apostar; igual que, algún día yo también podré enseñarles a ellas todo lo que este juego me haya enseñado!
A veces llegas a pensar que no hay solución que la cagastes y que ahí te jodan vivo,, que no vendrán a ayudarte.. si estas ahí es por que te lo buscaste.. pero no,, siempre hay una buena persona que aunque le hayas fallado viene y te saca de ese pozo en el que tu no ves la salida, lo ves todo oscuro solo te hace falta ese pequeño mechero que te ilumine la salida..
Solo necesito saber que algún día hablaras conmigo, que si que alo mejor tienes razón.. pero es que no tengo fuerzas para creerte ahora mismo..lo intento y lo intento y no dejare de intentarlo, y sabes porque?? Por que me importas, por que no quiero estar así.. es verdad que con otra persona alo mejor me joderia un poco menos pero mira es lo que hay si soy pesada lo siento pero así es el juego de la vida.. a unos les toca apechugar y a otros dar mucho más de lo que tienen..
que es lo que te toca a ti??

Por Geminis