Al sentir ruidos de pasos aproximarse, entré a la habitación y cerré la puerta con llave. Me saqué toda la ropa sangrante y la enterré en una fosa bajo la cama. Quité la bombilla y en un oscuro silencio me puse en un rincón. Intenté poner copos de algodón en mis oídos, pero tenían una madeja de alambres que me permitían oír como explotaba mi corazón. Traté de cocer con agujas mi nariz, pero un recuerdo de sudor hervía mis pulmones. Quise cerrar fuertemente mis ojos, pero descubrí que en su lugar, tenía dos espejos que reflejaban tu rostro infinitamente.
Por LUCIO VASQUEZ
2 criticas constructivas:
Memorias de un asesino. Es casi brutal el realto, pero muy bueno. Cuenta una historia.
Un comienzo excelente, plagado de intensidad y de un suspenso que atrapa al lector. Sin embargo parece luego diluirse y perder el vértigo inicial que lo hacía promisorio.
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