Érase la historia de una niña
que no era rica
ni por sus lujos o vestiduras,
sólo poseía infinita dulzura.
Tan feliz era esa niña…
podía enfrentar todo mal inminente,
fantasmas, oscuridad y temores,
y su inmensa fe era la fuente.
Su inocencia y candidez
motivaban sus acciones.
Rezos y plegarias
reinaban por las noches.
Castillos, manjares y diamantes
transformaron su frágil apariencia.
Pero su mirada seguía intacta
al igual que su tierna esencia.
Deyanira



1 criticas constructivas:
Tranquilamente podría ir en prosa, se puede leer como un cuento. Cuenta una historia.
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