Sandra se escondía de la oscuridad
y de la luz.
De las escaleras se escondía Sandra
pues le temía a las alturas
y a las planicies.
Sandra evitaba las calles,
un espacio abierto era, para ella,
la más pequeña de las jaulas.
Ignoraba la imagen
proyectada por los gélidos cristales y
se ocultaba en rumores subterráneos.
El susurro era su elemento,
le temía a las voces estridentes
que insistían en llamarla.
Se escondía de los días
porque no comprendía el tiempo.
Sandra le tuvo un miedo infinito
a la distancia en el momento que supo
que no podía volver.
Demócrito



2 criticas constructivas:
Un buen poema que deja la puerta abierta a la imaginación del lector.
Un texto que bien podría ir en prosa porque cuenta una historia.
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