Cierta vez un escritor se empeñó en terminar un cuento carcelario.
Como no quedaba conforme con ningún final, apelando a la magia (porque también era brujo) se metió en su propia obra para obtener de los personajes alguna idea que lo inspirara.
Sin embargo los personajes resultaron ser de lo peor: en un descuido lo encerraron en la cárcel a perpetuidad, mientras ellos escapaban afuera del cuento.
Colofón
2 criticas constructivas:
Esos son los riesgos de querer vivir una fantasía. Los juegos de pasajes a otras realidades son uno de los recursos más ricos que hay dentro de la literatura.
Desde un lenguaje simple elabora un pensamiento mágico y lo hace encantador. Me gusta.
Publicar un comentario