Lucas se asoma a la ventana al mismo tiempo que el lector de este cuento sincroniza su reloj. Han pasado diez segundos y aún Lucas espera. Mientras tanto, el lector aún duda que transcurra el tiempo anunciado. Suena el teléfono y Lucas atiende, era un equivocado. Se sienta nuevamente ante el ordenador y borra lo que ha escrito. Por más que lo intenta, leer su cuento no durará un minuto. Por su parte, el lector, no obstante ha vuelto a leer este cuento para ver si han pasado los 60 segundos. 58… 59...
El relojero.
2 criticas constructivas:
Simpático recurso de interacción con el lector. Uno se siente parte ¿por qué no?
Lúdico. La apelación al lector constante es un buen recurso.
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