“Buenos días, señorita, soy Roberto Giordano, se ha ganado un Ford Ka cero kilómetro!”
Hacía un mes que estaba con quimioterapia, evidentemente no frecuentaba la peluquería. Menos la de Giordano, cuya tarifa por el corte de pelo que ya no tenía, excedía los medicamentos que me lo hicieron caer.
“No soy el peluquero, señorita. Trabajo para la firma ATMA. ¿Usted compró una plancha en el último mes?” Seguía tomándome el pelo. Valga la redundancia.
Puse la pava al fuego. Saqué el mate de palo santo recién curado y me senté. Sobre la mesa, una caja de ATMA.
Ring.
Maru Morelli



3 criticas constructivas:
Realmente el cuento pinta, con ironía, una realidad cotidiana: ¡Nos tienen hartos con las promociones! Original manera de plantearlo.
Ja ja ja, la tortura de los vendedores telefónico, algo existencial el texto.
Me alegro que les haya gustado. Es un relato sobre un hecho real, y otras personas me han comentado que les resulta de mal gusto tomar con ironía o gracia a la quimio...
La verdad es que me atreví a escribirlo desde el humor y no la burla, sino más bien la esperanza, y además porque la protagonista tiene un excelente sentido del humor.
Este tambien está completo en
http://elultimoversohamuerto.blogspot.com/2008/08/roberto-giordano.html
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