Cruzó la calle, tomó las llaves y decidió entrar. Se sentó, abrazó con su mano el teléfono y marcó el número que estaba en aquel papel que sostenía la otra de sus manos temblorosas.
El tono y silencio, llamando, y silencio; el contestador y su silencio.
Cortó y secó su transpiración, respiró profundo y volvió a marcar. El silencio y llamando, nuevamente el contestador. Cerró los ojos y dejó salir su voz: - te quiero- y cortó.
Caminó hasta su cama, se tapó en busca de resguardo y esperó nuevamente la mañana.
Paloma
2 criticas constructivas:
Un tímido terrible con un mensaje amoroso. Llega un grado de ternura por él.
¡Qué dulce! Un romántico tímido y asustado. Una imagen reveladora.
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