Esa noche camino a casa compré una botella del whisky que más me gustaba. Cuando llegué me lo serví en un vaso grande, con hielo, y me pinté las uñas de rojo. También los labios, del mismo color.
Me depilé las cejas, después agarré la gillette que usaba mi papá para afeitarse cuando todavía se afeitaba, y empecé a hacerme dibujos en el brazo izquierdo con ella mientras me reía estridentemente por lo bajo.
Sabía que moriría hermosa.
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Por Victoria.
4 criticas constructivas:
Puede ser una buena historia, con una buena descripción de la secuencia, pero encuentro inverosímil lo siguiente: ¿cómo puede contarlo en pasado si se murió? O lo pasa al futuro o lo pone en boca de un narrador y no en boca de la protagonista.
Podría mejorar la redacción, por ej: "me pinté las uñas y los labios de rojo". Y corregir, para hacerlo más literario y menos coloquial: "después agarré la gillete..." por ej: luego, tome la gillete que usaba mi padre cuando todavía se afeitaba.
En aspecto técnico concuerdo con edivul. El relato en este caso no es circular, y no lograr retratar ese sentimiento de seguridad ante la muerte por suicidio. Podria mejorar si la autora lo volviese a repasar.
Amh, definamos hermoso xD tu definición respecto a esto es bastante superficial. Aunque admito que me da terror morir de vieja, sería más lindo morir con la sangre radiante y movediza... de todas formas, el texto no me gustó.
Técnicamente con errores de verbo, la historia es buena, tal vez un poco demode, pero recae en el tópico enfermizo de "muere jovén y deja un cadaver bonito" un verdadero lavaje cerebral que nos hace la sociedad: solo siendo jovenes podemos disfrutar de la vida, me cansan sobremanera los lugares en común y las verdades implacables.
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