Reptó hasta que, al fin, mudó aquella reseca y anticuada piel. Se reconoció, y deslizándose por el prado se perfiló hacia Eva pregonando una dulzura red delicious.
Mientras, Adán encontraba aquel pellejo y, maravillado por la posibilidad de cambios, hacía planes sobre el futuro.
La eternidad es la necedad del tiempo,
y es una gran mentira.
De eso saben las culebras.
¡Ay, no, mujer! ¡La manzanita, no!
Por El Pope
4 criticas constructivas:
Una historia biblica demasiado utilizada ya por la literatura y las artes en general. Bien redactado pero creo que carece de originalidad
Místico... de acuerdo Vero.
No me agrado. Sobre la originalidad bueno ese es otro tema xD
Es cierto, es un tema bastante gastado.
pero...
¡Ay, no, mujer! ¡La manzanita, no!
jajajjajaj XD admito que el autor tiene un estilo característico de gracia.
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