Bajo agua
Con bolsas de ropas envueltas en sábanas, viene Tito. Con el pantalón en las rodillas y la cabeza hacia abajo. Y en el otro brazo colgando el vestido de casamiento de su mujer. Todo se perfuma de olor a humedad, agua estancada. Todos corren, pero Tito solo camina, con su bolsa de ropa húmeda. Llora un poquito, se detiene, se lava la cara con el agua que le tapo su casa.
La Rosa viene con la puerta del ropero en la mano y le grita ¡Tito no se detenga! ¡Sea hombre carajo! ¡Camine con la cabeza en alto!
lágrimas
2 criticas constructivas:
Un remate irónico que hace sonreír al lector luego de haber sufrido la inundación junto al personaje. Me gusta.
Un excelente relato de muy buena factura.
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