Era melodía de amor pero quizás también de dolor; era un ángel musical o a lo mejor un travieso demonio. Nota a nota tejía partituras, verso a verso construía pasiones y canto a canto nos hacía soñar. Con un Do Re Mi hizo nacer sirenas mudas que nos miraban con carmínica actitud; con un Fa Sol ninfas y duendes se convirtieron en soles y lunas; con un La Si Do botó edificios de lodo y fraguó con su candente voz universos de bosques que cobijaron la vida. Ese era el músico, demonio angelical que trajo su paz.
2
criticas constructivas:
Anónimo
dijo...
La fuerza de la música, un extraño relato, hay pocos que tengan que ver con la melomanía.
2 criticas constructivas:
La fuerza de la música, un extraño relato, hay pocos que tengan que ver con la melomanía.
Excelente imagen que aúna a través de la inspiración de un músico, la pasión de un poeta. Texto lírico cargado de misteriosa fascinación.
Publicar un comentario