El soldado sueña con sus camaradas muertos. En esos sueños, sus compañeros, en absoluto silencio, lo rodean. Con miradas glaciales, vidriosas, parecen reprocharle algo. Y, como siempre, despierta de la pesadilla gritando, y lo recuerda todo. La trinchera, el barro, la sangre. Aún siente ese olor y la presión sofocante de los cadáveres de sus compañeros. Aquellos bajo los cuales se guareció durante el ataque enemigo, fingiendo estar muerto.
Nadie lo supo. Fue el único sobreviviente.
Y entonces las lágrimas ruedan por sus mejillas.
Algunas alcanzan su pecho, allí donde luce la condecoración al valor recibida.
Max Schreck
1 criticas constructivas:
Un texto bélico, emparentado con los tres del mismo titulo. Forman una unidad.
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