Corrió lo más rápido que pudo en línea recta. Sin mirar atrás. La calle se abría ante sus zancadas, la respiración agitada. Ella lo perseguía. La vió en su casa a punto de tomarlo. Alcanzó a correr. Dejó todo abierto, salió como pudo.
Ocho cuadras arriba no daba más. Frenó. Miró de reojo sin reconocer el paisaje. No eran las esquinas del barrio. Se dio vuelta sobre la vereda. Retomó el camino hacia atrás. Ni aromas, ni colores, ni personas. Nada familiar. La puerta abierta del regreso. Se asomó cauto. Que suerte, pensó, mi muerte se fue.
2 criticas constructivas:
Escondiendese de la parca. Una buena elaboración de la acción.
Parece que el pobre hombre no zafó. Todavía está tratando de saber dónde está. Buen cuento, lástima que revela la trama en el título.
Publicar un comentario