El hombre camina distraídamente, choca con otro.
-¡Perdón!
-¡Bolita de mierda!, ¿por que no mirás donde vas?
-¡Señor, le dije perdón!
-¡Volvete a tu país, ustedes son una plaga!
-¡Señor!
-¡Andate a la puta que te parió! ¡Te cagaría a trompadas!
El otro baja la cabeza, como siempre, soporta los insultos.
Es hijo de bolivianos, raza aimará, y ser argentino no conjura la discriminación.
Minutos después ingresa al consultorio, ya de guardapolvo blanco y estetoscopio, llama al primer paciente.
Lo reconoce, es el tipo que lo insultó,
El otro solo atina a decir:
-Perdón, Doctor, yo no sabía…
Vladimir
1 criticas constructivas:
Las apariencias engañan, pero la mente que discrimina solo puede atinar a disculparse eternamente.
Publicar un comentario