Martín aceleró el paso. Era de noche, hacia frío y el asesino que había reclamado ya tres victimas seguía suelto ahí fuera. Su coche estaba en el taller y no pensaba pagar un taxi para tan poca distancia. Pisó un charco. Agachó la vista y le sorprendió el tono rojizo del agua formando un reguero. Extrañado, lo siguió con la mirada y observó tres cosas en rápida sucesión. Lo primero: el cadáver de la chica. Lo segundo: la figura encapuchada que se abalanzaba sobre él. Lo tercero y último: el brillo plateado de una navaja de barbero.
Don Caballero.
2 criticas constructivas:
¡Auch! Parece que hoy estamos a puro terror. Un tema común pero bien presentado.
Estamos rodeados de asesinos seriales, esta es la cultura televisiva que nos viene de CSI. Fuera de broma es una historia muy buena.
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