¡Que no María, que las escobas no vuelan!. La niña, sin hacerme caso, tomó carrerilla y, ante mi sorpresa, salió volando a horcajadas sobre la vieja escoba. Asustado, corrí tras ella intentando sujetarla sin conseguirlo, pues se escurría cada vez volando rauda sobre los setos del parque entre risas y piruetas. Al rato, medio dormido aun, me levanto del banco de madera y llamo. ¡María, hija! ¿donde estás? De lo alto escucho unas risas que me son familiares. Es María con su vieja escoba, que me mira desde la cima de un cerezo japonés. Caí desmayado.
Bienvenido al Concurso De Microrrelatos
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MicroMundo
6 criticas constructivas:
La historia tiene cierto potencial pero me mareó la mezcla de tiempos verbales...al final ¿está en presente o en pasado?
Quise reflejar lo que pasa cuando en una tarde de verano uno se deja llevar por el sopor y la somnolencia, sentado a la sombra en un banco del parque. Tengo una niña a la que le encanta jugar y correr a lomos de una escoba... y eso fue la inspiración.
Gracias por su comentario Verónica, tomo nota del mismo y espero mejorar.
saludos desde Barcelona- Cataluña- España.
xatevexo.
Yo no creo que los tiempos verbales sean un obstáculo serio para disfrutar de este relato. Sin embargo, resulta claro que una labor de 'retocado' verbal otorgarían a la historia una estética mayor de la que creo ya tiene. Un escrito simple pero bonito, con un final muy grato que nos llama a recordar que la magia todavía existe.
Es un relato juguetón, divertido, algo de magía y fantasía se cuela por ahí... sensación de frescura.
Me gustó mucho, menos mal puedo comentar en varios; me gusta porque es fresco. Junto con "Ultimo discurso" son los mejores que he visto.
Hasta me hice una identidad google para comentar este relato.
Más allá de la cuestión del choque de tiempos verbales es un texto agradable de leer; pero a mi parecer es mejor nunca decir la causa real o inspiración del relato, da más vuelo a la imaginación y es más lindo.
saludos
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