Vi luz en él, pensé: “¡iluminado!”; hablo de Elchicodelfarolenlacabeza.
Esto amaba: luciérnagas, linternas, la luna.
¡Era electricista!, iluminó todo; conoció quienes prendieron ideas; pero colgar carteles era mejor.
¡¡¡¡¡Invitado a Buenos Aires, sus luces!!!!!
Mochila?… allá te dan todo!
¡¡¡La Plaza!!!, SU lugar, imaginaba el cartel: “farol perteneciente a Elchicodelfarolenlacabeza”. Sentóse radiante; ¡silbatos, banderas! Cientos abríanse paso, empujaban, saltaban; carteles… Sol, faroles… éste, de él, con cartel, más grande, más alto, pesado, antiguo… vaivén de los carteles… chispas! y caer… caer… caer…lo tocó, varita mágica?… la luz con la luz … entonces… justo!!... su vida se apagó…
La Hurraca



3 criticas constructivas:
Loquisimo. Me hace acordar a las historietas del Tomi, debe ser por que está ambientado en Buenos Aires.
Excelente!! ME parece increíble cómo a través de la ficción ha logrado reflejar y criticar indirectamentela realidad.
Buena muestra de como, sabiendo usar las palabras justas y la riqueza de nuestro idioma, no hacen falta imagenes ni sonidos, para generarnos brillantemente una simpática complicidad en una irónica e inteligente crítica.
Publicar un comentario