EN SU CAMINO, LA BALA DIVIDIÓ EL MANTO DE NIEBLA QUE CUBRIA EL
SUELO DE LA PAMPA. A LA DISTANCIA, LA SILUETA ESPECTRAL DE UN
JABALÍ SE DESVANECIÓ EN LA NOCHE, DEJANDO UN HEDOR POCO
COMUN INSTALADO EN EL AIRE. CON LA CAUTELA DE UN DEPREDADOR
Y LA EMOSION DE UN AFICIONADO RECORRÍ LOS METROS QUE ME
SEPARABAN DE LA PRESA, PARA DESCUBRIR, QUE EL CUERPO EN
ESTADO AGÓNICO TUMBADO EN LA HIERBA, ABANDONABA LENTA Y
MAGICAMENTE SU FORMA ANIMAL, DANDO LUGAR EN SU REEMPLAZO,
A LA VISION PARALIZANTE DE UNA FIGURA FEMENINA.
RAFAEL.
1 criticas constructivas:
Vértigo. Esa es la sensación que produce el relato, ¿se deberá a que está escrito en mayúscula y no hay un solo punto hasta el final? Seguramente, igual una cacería no es algo tranquilo.
Publicar un comentario