Sus ojos se encontraron mientras la música se hacía más fuerte y envolvente. Las caderas de ella, se sacudían rítmicamente y sin embargo sus movimientos estaban tan bien coordinados que los ojos negrísimos se mantenían quietos y brillantes flotando entre los espasmos.
Los ojos de el, se abrían en actitud de asombro, y a la vez se embelezaban perdiéndose en ese hermoso cuerpo.
Ella se acercó al lugar donde el estaba sentado. El instintivamente se puso de pié y se le unió en la danza.
Bailaron casi tocándose y el mundo alrededor comenzó a desaparecer.
1 criticas constructivas:
El poder de la música y la sensualidad.
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