Dispuesto para la batalla y armado con mis mejores pertrechos, corrí desbandado hacia la lucha, y me interné en la marea humana donde cada individuo arremetía por hacerse un lugar. Todos parecíamos enemigos, todos contra todos; las cabezas, rodaban alrededor, los golpes, los quejidos de los heridos y otros terribles sonidos, taladraban mis oídos.
Me fui abriendo camino a empujones hacia el objetivo final, que fue lo único que mantuve en la mira.
Magullado llegué al lugar, me armé de coraje y casi rogué: -Por favor, un turno para reumatología.
Camilo Belén
1 criticas constructivas:
Ja ja ja, la verdad que es un campo de batalla los hospitales, sobre todo los públicos, particularmente los de Buenos Aires, y principalmente el pobre Hospital de Clinicas de Buenos Aires que está hundido en el olvido.
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