Por Murciálago
Los ratones de la gran y alta montaña nunca habían visto nevar. Cuando nevó por vez primera,
contemplaron su albura atónitos y divertidos; mas el reflejo de la luz del sol destellando sobre la
nieve, al cabo les cegó. En su invidencia, los roedores se precipitaron torpemente hacia el abismo...,
pero tan aterradoramente prolongado fue el trayecto de caída, que acabaron por surgirles alas
del cuerpo a partir de su propia piel… y al cabo volaron, como mamíferos, libres por el cielo.
Murciégalos originales que más tarde serían malllamados murciélagos.
Los animales son lo que son
gracias a su gran evolución.


2 criticas constructivas:
En este cuento el autor propone una explicación mitológica para la evolución. Parecería, incluso, escito por un miembro de alguna etnia en particular. Una mirada diferente en un cuento original.
No sabía como habían adquirido sus alas los ratones, menos mal que existe este relato, todo se devela.
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