La madrugada era fría. Adormecida, Catalina se acomodó nuevamente entre sus brazos. Andrés contemplaba millones de reflejos fugaces de las gotas de lluvia. Pero ya no observaba la lluvia. Sintió un impulso subiendo del corazón a la garganta. Abrió la boca dejando escurrir un suspiro silencioso, lentamente, contemplando a Catalina. Ahora sabía algo; algo que siempre supo pero algo nuevo.
Juntó aire y lo retuvo un instante. Durante el cual creyó oír extrañas melodías en algún lugar de montañas rodeado por seres celestiales. Ella abrió los ojos.
Entonces el impulso no encontró resistencia:
- Te amo- dijo.
- Lo sé.
aguamarina



1 criticas constructivas:
Una historia de amor con un dialogo oosible.
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