Una noche, sobre la cubierta del pesquero “Floridablanca” cayeron peces voladores – o eso creyeron al principio los marineros- que de cerca notaron que eran sirenas aladas, agonizantes.
No atinaban a arrojarlas al agua o buscar baldes donde socorrerlas ; a esa altura no querían deshacerse de las frágiles y bellas criaturas.
Una ola batió la cubierta del barco y arrastró consigo a las sirenas, de vuelta al mar.
Algunos confesaron el mismo sueño esa noche: tocaban el cuerpo de las sirenitas y ellas, excitadas, emitían una luminosidad; cerca del orgasmo su cuerpo crecía y al ser penetradas, desaparecían.
Por banshee
4 criticas constructivas:
ahhh, la soledad del mar nos juega malas pasadas en la mente, es un relato eroticamente poetico. Me gusto por que sale de lo habitual y algunas señoras mayores (me imagino) se sonrojaran con algunas palabras.
de seguro se sonrojarían..me ha gustado el relato, tiene mucha estética, parece leyenda, una rápida leyenda.
Me gusto, esta lindo y picante sobre el final (y cochino). Un relato que junta varias emociones.
Un buen microrelato que no necesita ni menos ni más. El manejo de la chispa erótica es adecuado y refleja de una manera muy interesante un sentimiento que se genera en la soledad del mar.
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