—Te quiero, Nazarena— le dijo la madre a la hija. Un manto de luz ingresó por la abertura de la cortina y se le enredó en el cabello de naza.
—Má, yo también te quiero—dijo la madre, moviéndole la boca.
Volvió a recostarla, caminó hasta la puerta y desde allí la contempló.
Naza tenía el vestido blanco de los 15. Los ojos negros, profundos, sin principio ni fin.
Los huesos le crujían y parecían romperse como un adorno de navidad.
—Hoy es tu cumple, quince años, naza—dijo la madre. Cerró la puerta.
Quince años diciéndole lo mismo.
3 criticas constructivas:
Esto es para comentar, no para hacer SPAM...Menos SPAM bizarro como el tuyo.
Volviendo al tema de "nazarena", es interesante el texto, podriamos decir que es un boceto de algo mayor, sin embargo la oración final es algo débil. Quizas puedo haberse trabajado mas esa oración final.
Parecería la historia de una aborexica, si no lo malinterprete.
Opino como Pablo Sánchez. Por otro lado, creo que en el relato hay algo relacionado con algún desorden mental. Pero no sé, es algo incierto...
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