Me asomo al espejo y veo un mundo simétrico al mío. Me fascina. Muy rápido me sumerjo en él y veo una puerta abierta. Entro en un túnel sombrío y tanteando las paredes avanzo hacia una débil luz. Aparecen otros pasillos que me confunden cada uno con lánguidos resplandores. No puedo volver hacia atrás pues se ha cerrado el camino. Me abruma la soledad, el silencio, la penumbra. Me siento asfixiada, sin fuerzas; sin embargo lucho contra la desesperanza y entonces, dando vuelta a un recodo, hallo un espejo y detrás de él mi habitación.
Por Gneis
5 criticas constructivas:
A veces los caminos se cierran a nuestra espalda.
Yo lo encontre un poco inperceptible pero tal vez alguien mas despejado si lo vislumbro desde el principio.
Suerte!
Los espejos son puertas hacia el infinito, es un mundo duplicado, verdaderamente inquietante como este relato.
Me ha gustado.
El final algo flojo... quizás con un "HE VUELTO" despues de un punto y aparte, finalizaría dando a entender que sale de la angustia en la que estaba sumergido/a.
No se sabe si es un hombre o una mujer quien lo narra, o si es fruto de un estado de haber consumido productos sicotrópicos lo que le lleva a eso de entrar en los espejos.
En todo caso, ¡¡¡cuidado con los espejos¡¡¡
No sé porque me hizo recordar a "Alicia detrás del espejo" o algo así...creo que es la segunda parte de Alicia en país de las maravillas, lo leí cuando era niña, no lo recuerdo bien y sin embargo fue lo que me invocó
Supongo que por eso me desagradan tanto los espejos. Esa frialdad tan bien imitada... tan inmóvil y constante!
Publicar un comentario