Diariamente se encontraba en el subte con sus ojos negros. Ella lo miraba un instante y luego volvía a su lectura.
El intentó abordarla varias veces sin más resultado que una sonrisa de reconocimiento.
Una mañana lluviosa, al salir del subte, él abrió su paraguas. La invitó a caminar juntos.
-Me llamo Rodrigo, gritó bajo el ensordecedor rugir de los truenos. Los ojos negros le sonrieron. Anduvieron en silencio una cuadra.
Ella se detuvo frente a un edificio y alzando la mano a modo de saludo, trepó por las escaleras de la Escuela Especial de Sordomudos.
CILY
1 criticas constructivas:
Igual es una buena historia suburbana, me gustan las tramas que ocurren en el subte (metro, subway), digo "igual" por que es una historia mas bien sencilla. También valoró el humor.
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