Ella estaba asqueada de tanta crueldad. Durante toda su vida debió acompañarlo, quedar prendida del puñal ensangrentado, del revolver asesino…
Esa noche él caminaba, bamboleante la figura, ebrio hasta el hartazgo, cuando apareció una niña.
En las manos del hombre brilló el puñal. Y ella, impotente sombra, sólo atinó a confundirle las piernas. El hombre tropezó. Rodó sobre si mismo y se clavó el puñal en el pecho. Quedó en un baño de sangre, apagados para siempre sus ojos asesinos.
La sombra, libre al fin de aquel infierno, voló a agarrarse de la cola de un cometa.
1 criticas constructivas:
La sombra vengadora, o relatora, una original historia.
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