TIERNAS PALABRAS
Revila
Envolví con una frazada el cuerpo de mi amada y corrí hasta mi automóvil, donde la deposité con suavidad en el asiento trasero.
Arranqué y viajé un tiempo que se me hizo eterno, mientras mis oídos no cesaban de escucharla. Me hablaba de su pasión y me juraba que siempre me quiso, que siempre había sido el amor de su vida.
Y mi mente enferma ya no pudo dejar de oír esas tiernas pero falsas palabras, con las que el espectro de mi amada, trataba de encubrir aquella cruel y cobarde traición.
1 criticas constructivas:
Otro relato de amor, esta vez fantasmagorico.
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