ADVERTENCIA
Un frío viento barría la costa. El amanecer desguazaba el cielo plomizo y fileteaba con oro las nubes tormentosas.
Sin embargo, él preparó los aparejos y subió al bote. Quizás, podría colocar las redes antes del aguacero.
Una gaviota se posó en la borda, única compañía del pescador artesanal en el estuario del Gallegos. Él le dirigió una mirada cómplice:
-“¿Qué te parece? ¿Salimos?”-
El ave dio unos saltos, picoteó suavemente las manos que empuñaban los remos. Aleteó, negando con la cabeza.
El sol desapareció, aumentó el viento…
Internándose en el oleaje, el viejo pensó:
-“Entonces ¿podemos discutirlo?”-
2 criticas constructivas:
Exquisitas imágenes visuales que logran transmitir el momento preciso en que se desarrolla la escena. No me queda muy claro la connotación que el autor le da a la gaviota, pero el inesperado final deja abierta la puerta a la imaginación del lector. Muy bueno.
Una cuasi fabula marina. Buena.
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