Febo sonroja su cara redonda
se esconde lentamente en el ocaso
y con la lentitud de la eternidad
va ocultando su belleza.
Pocos se prestan al regocijo del espectáculo.
El crepúsculo se vuelve cárdeno de asfixia
algunas nubes intentan enfrentarlo
mientras unos pocos iniciados asisten al ritual.
Me gusta apreciar la quietud del atardecer-dijo-.
Y las palabras tuvieron el sabor a la verdad
e imaginó a Amón Ra sonriendo dichoso
al descubrir que la despedida del sol
es la más hermosa de las despedidas.
Cráter
1 criticas constructivas:
Un poema que exalta la naturaleza y que nos lleva hasta el dios egipcio del sol.
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