Hay una niñita linda sentada en la tierra del patio, con tres perros que le hacen corro y le atienden muy de cerca. Ella come unas ricas natillas y parece contar un cuento a los compañeros perrunos, entre cucharada y cucharada.
Pero sólo hemos de acercarnos un poco, y vemos que la pequeña va desastrada, sucia y sin zapatos. Entre los tiznes le asoma un rostro macilento y las natillas se tornan leche con miga de pan en cuenco roto. Entonces, la oímos susurrar a los perritos: “No se me acerquen, no hay más, de aquí no sobra”.
Tautina Vaiamalla
4 criticas constructivas:
Un cuento con una amarga crítica social que nos replantea la injusticia que padecemos los seres humanos. Muy buen relato.
El relato sin la imagen se perdería, pero la foto es genial, el texto carga una humanidad real y acuciante.
Es un cuento muy interesante.
Tengo que estar en desacuerdo con Pablo Lorenzo cuando dice que el relato sin la imagen se perdería. El cuento es en sí mismo descriptivo, pero sólo en apariencia, porque lo que transmite es algo más profundo, fruto probable de una vivencia de su autora, que bien pudiera ser consecuencia de su pena por tantos niños que sufren, o de sentirse feliz por la suerte que tuvo en su infancia y que ahora, más que nunca, valora.
Creo que al lector hay que presuponerle un poco de imaginación, y el posible error de la autora, resida en la imagen escogida que hace más fácil la lectura desviando al lector, sin llegar éste a sentimientos más profundos. Pero éste es sólo mi parecer. Después de todo, como demuestra la autora de este cuento, siempre depende de la cercanía con que se miren las cosas.
Yo le doy mi voto. Un saludo
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