MASCOTAS
Le encantaban los animales: ése no era el problema. Era feliz en la aldea con su perro y sus ovejas. Pero ahora se sentía observado por miles de ojos inquietos y oscuros. Sus alientos cálidos constantemente en su nuca. Le desesperaba el impaciente golpeteo de sus patas y pezuñas sobre la madera del barco. No había rincón donde pudiera estar solo. Los sonidos le estaban volviendo loco. Bramidos, gruñidos, trinos, balidos, silbidos, maullidos, cacareos, graznidos, cloqueos, rugidos, aullidos, zumbidos, gorjeos, mugidos, zureos, relinchos, ladridos…
Noé se dio la vuelta en su duro camastro de paja. Estaba lleno de pulgas.
Eco
4 criticas constructivas:
Jajajajaja. ¡Muy bueno! Nunca se me hubiera ocurrido pensar en la cantidad de pulgas y piojos que habría en el Arca...
Realmente bueno, si! Como dije en otro comentario, un micro-relato debe vivir fuera de sus limites y este lo hace. Un voto positivo muy merecido! Enhorabuena.
jajaja, muy inteligentemente descripta la situación
Me encanta los animales pero las pulgas te las regalo. No tiene descansa el personaje, Eco.
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