- No quiero hablar – dijo la mujer.
- ¿Qué te ocurre? – inquirió el hombre sonriente.
- ¿Ocurrir? Pues nada.
- ¿Entonces?
- ¿Entonces, que? – acotó ella.
- No sé, te pregunto solamente.
- ¿Qué es lo que preguntas?
- Mira... no sé... ¿Qué te ocurre?
La expresión alegre del hombre fue desapareciendo.
- ¿No te acabo de decir que no quiero hablar?
2 criticas constructivas:
Un dialogo muy común. Sacado de cualquier lugar del mundo, lo que me inquieta es el título... para reflexionar
Es que justamente en lo cotidiano, tenemos esa compulsión a este tipo de juego que a la larga se torna devastador. Real.
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