Caen los pétalos blancos de la rosa que ya muere...
Una suave melodía me llega y me sacude. El resto es silencio, pero la presiento, me vigila. A ella no se le puede ganar. Lo aprendí a través de los años, masticando mi dolor. Aquí estaré, aguardándola y como dos viejas conocidas podremos hablar.
Mi misión en esta vida ya fue cumplida y puedo irme en paz. Se descuidó y no tuvo en cuenta, que son mis seres queridos los que al llegar me recibirán.
Yo me vestiré de negro, para no desentonar.
3 criticas constructivas:
Hermosa prosa poética. Tan bellas imágenes para hablar de la muerte, merece un voto.
Hay una comunidad empática tangible.
La muerte como hecho ineluctable de la vida. Muy buen relato.
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