Al despertar grité mi nombre. Repetí unos versos de sor Juana y recité el primer rezo que aprendí de niña. Sólo entonces pude abrir los ojos y observar por la ventana el campo bajo la tormenta y los enormes helechos que protegían, del frío y el agua, a una mujer desnuda y extraviada que, sentada sobre la madera, repetía cuatro versos que no significaban nada.
Por Luca Pomp











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7/11/2008
Al despertar…
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7 criticas constructivas:
Hasta ahora es el que más me ha gustado.
saludos.
¿Quien es la extraviada?
Tal parece que el personaje estuviera demente.
Me gusto.
Es muy extraño, esos cuatro versos son el rezo que ella había aprendido de niña? Era ella en otra forma? Es algo difícil de comprender =/ pero es muy bello.
Excelente. Bellísimo. Hermético. Sin fisuras.
Concuerdo con Pastromer, es el mejor de todos.
Muy bueno, definitivamente. Soporta segundas y terceras lecturas, consecutivas y simultáneas.
Muchas gracias por sus palabras, a todos...
por cierto, visiten mi blog, si quieren.
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