Ambos disputaban el primer lugar. Miraban y peleaban por desplazarse. Lanzaban expresiones de admiración, antes de ceder el turno, que despertaban la curiosidad por lo que sucedía del otro lado. Todo falso porque, en realidad, ninguno podía distinguir nada.
Sin embargo, la vieron entrar, como lo hacía a menudo y el farmacéutico se mantenía adentro, a puertas cerradas, evitando molestias.
Hambrientos por descubrir lo que la imaginación les excitaba, continuaron su doble espionaje.
Uno de ellos, lanzó un grito, el otro, lo desplazó y pegó su ojo a la cerradura...
Sólo vio un tapón oscuro...
ZEO
3 criticas constructivas:
ja ja ja , historia de voyeurs, divertida.
jejee se lo merecen por chusmas. igual creo que a veces es más fuerte la imaginación que la realidad. Al no ver seguiran con la expectativa y no se desilusionaran...
jaja, no le pidas peras al olmo vero! Desgraciadamente está lleno en todo lugar de gente invasora y entrometida, con falta, justamente; de imaginación.
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