Hace unos días corría y alcancé a oír el motor de una rastrilladora que estaba de mí a dos cuadras, luego una patrulla de policía se metió en sentido contrario y se paró frente al jardín de donde salía el ruido. Bajó el policía, se encaminó hacia el cancel y entró; a través de los resquicios de los arbustos vi que el policía le gritaba a un anciano para quien sólo existía su rastrilladora; el policía se le acercó, y bruscamente apagó la máquina, luego tomó al anciano de la nuca y le dio un beso en la mejilla.
Por El Pichón
2 criticas constructivas:
Medio loco el micro, pero divertido, el absurdo no tiene que ser explicado.
Esta vez coincido con vos Pablo (¡agendalo! ¡pero con onda eh!).
Relato loquísimo, y sí, esta vez no puedo ni interpretar un párrafo cosa rarísima en mí. Está bueno ¿por qué no?
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